Frente a él ser humano no podemos comportarnos
como nos conducimos ante un objeto, como si se tratara de una "cosa",
como un medio para lograr nuestros fines personales.
Principio
de Respeto
En toda acción e
intención, en todo fin y en todo medio, trata siempre a cada uno - a ti mismo y
a los demás- con el respeto que le corresponde por su dignidad y valor como
persona.
El respeto al que se refiere este
principio no es la misma cosa que se significa cuando uno dice “Ciertamente yo
respeto a esta persona”, o “Tienes que hacerte merecedor de mi respeto”. Estas
son formas especiales de respeto, similares a la admiración. El principio de
respeto supone un respeto general que se debe a todas las personas.
Un criterio fácil que puede usarse
para determinar si uno está tratando a alguien con respeto consiste en
considerar si la acción que va a realizar es reversible. Es decir: ¿querrías
que alguien te hiciera a ti la misma cosa que tú vas a hacer a otro? Esta es la
idea fundamental contenida en la Regla de Oro: «trata a los otros tal como
querrías que ellos te trataran a ti». Pero no es ésta una idea exclusiva de los
cristianos. Más de un siglo antes del nacimiento de Cristo, un pagano pidió al
Rabí Hillel que explicara la ley de Moisés entera mientras se sostenía sobre un
solo pié. Hillel resumió todo el cuerpo de la ley judía levantando un pié y
diciendo: «No hagas a los demás lo que odiarías que ellos hicieran contigo».
Principios
de No-malevolencia y de Benevolencia
En todas y en cada una
de tus acciones, evita dañar a los otros y procura siempre el bienestar de los
demás
Principio
de doble efecto
Busca primero el efecto
beneficioso. Dando por supuesto que tanto en tu actuación como en tu intención
tratas a la gente con respeto, asegúrate de que no son previsibles efectos
secundarios malos desproporcionados respecto al bien que se sigue del efecto
principal.
El principio de respeto
no se aplica sólo a los otros, sino también a uno mismo. Así, para un
profesional, por ejemplo, respetarse a uno mismo significa obrar con integridad.
Principio
de Integridad
Compórtate en todo
momento con la honestidad de un auténtico profesional, tomando todas tus
decisiones con el respeto que te debes a ti mismo, de tal modo que te hagas así
merecedor de vivir con plenitud tu profesión.
Ser profesional no es
únicamente ejercer una profesión sino que implica realizar lo con
profesionalidad, es decir: con conocimiento profundo del arte, con absoluta
lealtad a las normas y buscando el servicio a las personas y a la
sociedad por encima de los intereses egoístas.
Otros principios básicos a tener en cuenta son la JUSTICIA y la UTILIDAD
Principio
de Justicia
Trata a los otros tal
como les corresponde como seres humanos; sé justo, tratando a la gente de forma
igual. Es decir: tratando a cada uno de forma similar en circunstancias
similares.
La idea principal del
principio de justicia es la de tratar a la gente de forma apropiada. Esto puede
expresarse de diversas maneras ya que la justicia tiene diversos aspectos.
Estos aspectos incluyen la justicia substantiva, distributiva, conmutativa,
procesal y retributiva.
Principio
de Utilidad
Dando por supuesto que tanto en tu
actuación como en tu intención tratas a la gente con respeto, elige siempre
aquella actuación que produzca el mayor beneficio para el mayor número de
personas.
El principio de utilidad
pone énfasis en las consecuencias de la acción. Sin embargo, supone que has
actuado con respeto a las personas. Si tienes que elegir entre dos acciones
moralmente permisibles, elige aquella que tiene mejor resultado para más gente.
Webgrafía:
·
Vidal-Bota,
J. VALORES Y PRINCIPIOS - La Dignidad Humana y sus implicaciones éticas.
Febrero del 2009 de http://www.aceb.org/v_pp.htm.
Obtenido el 10 de julio del 2009.
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